Las técnicas agrícolas han evolucionado drásticamente a lo largo de las últimas décadas. En este contexto, no cabe duda de que el uso de la bioestimulación ha sido uno de los principales pilares que han impulsado el desarrollo de la agricultura moderna en el marco de la sostenibilidad. Uno de los principales objetivos del uso de los bioestimulantes es hacer frente a las situaciones adversas originadas como consecuencia del cambio climático, que, en los últimos años, ha pasado de ser una probabilidad a convertirse en una realidad que determina la producción agrícola de todo el mundo.